Situación

La verdad histórica, la verdad en la Historia, parece tener algo que ver con la dudosa ocasión en que hechos y palabras se ponen de acuerdo. Por mor de ser más justos, tanto nos vale decir entonces que se trata de una cuestión decidida sobre el cómo de tarde llegan las segundas a atender a los primeros. Porque llegar, llegan siempre tarde, eso sí. Demasiado tarde. Pero hablemos ahora de lo que importa, del cuánto. Las oportunidades que la disciplina de la Historia nos ofrece a este respecto dan muchas veces con sus huesos en el necesario recurso al aprecio y a la estimativa en ausencia de unas reglas y criterios fijos y una vez que el acontecimiento ha pasado de largo. El que llega tarde suele excusarse, y su éxito depende con demasiada frecuencia de la presentación de su caso. Ya que todo excede a la Historia por un lado, o queda pendiente de suplementación, por otro –nos decimos– todo va a desdecirla y no esperamos de ella sino excusas antes que razones. Vale...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información