Nueva York,1919-1920: la fascinación por los rascacielos
La primera noticia de la incorporación de Balbuena como pensionado de
la Academia de España en Roma será la carta personal que escribe a
D. Eduardo Chicharro comunicándole que pronto podrá embarcarse a Nueva
York. Su incorporación al tercer año de pensión lo hará, tal y como aconsejaba
el reglamento de la Academia, a uno de los «estados florecientes en
la arquitectura moderna».[1]
La pensión debió de considerarse retomada en el mes de febrero de
1919, porque en esta carta confirma al director que ha cobrado en diciembre
el mes de febrero por adelantado. En ésta, se le notifica también que, a pesar
de los retrasos ocasionados en el Ministerio, partirá a Nueva York desde
Valencia, el día 2 o 3 de Marzo.[2]
A los dos meses de residir en Nueva York, Balbuena viendo lo cara que resulta
la vida en los Estados Unidos, envía una instancia a la Academia de Roma,
y ésta a su vez a la Embajada de España, solicitando que se le «eleve la
pensión a la suma de...
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