Medidas para la protección del tesoro artístico durante la Guerra Civil: las Juntas de Incautación y el Servicio de Recuperación Artística
La Junta Delegada de Incautación de Madrid El 23 de julio de 1936, menos de una semana después del inicio de la guerra civil, se crea en Madrid la Junta de Incautación del Tesoro Artístico. Fruto de una iniciativa privada —la idea parte de la Alianza de Intelectuales Antifascistas, liderada, entre otros, por José Bergamín, María Teresa León o Rafael Alberti— la Junta tiene como objetivo la protección de los bienes integrantes del patrimonio artístico amenazados por la situación de guerra mediante su traslado a lugares seguros. En un primer momento su función se limitó a la recogida de las obras de arte que se encontraban en las iglesias y los palacios ocupados en Madrid por las milicias y las organizaciones sindicales[1]; posteriormente se haría cargo también de la protección de las colecciones de los principales museos de la capital, así como de los bienes del denominado patrimonio de la República (Palacio Real de Madrid, Palacio de Aranjuez, Palacio de El Pardo, Monasterio de El Escorial…), mediante su traslado, primero a Valencia, posteriormente a Barcelona y finalmente a Ginebra, a la sede de la Sociedad de Naciones, en donde permanecerían hasta su devolución definitiva a España en septiembre de 1939.
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