El triunfo de Julio Argentino Roca como candidato a presidente de la nación significó, desde el punto de vista militar, la imposición de un modelo de Ejército sostenido en la centralización y subordinación de la fuerza al Poder Ejecutivo Nacional. Sin embargo, esta imposición no obstruyó la proyección de los contrapuntos que caracterizaron el derrotero de las fuerzas militares durante el siglo xix y que se materializaron en polémicas y debates en torno a las incumbencias militares, al mecanismo revolucionario y a la conscripción.[1] En el contexto de la disputa política por la sucesión presidencial de 1880, la convocatoria a la Guardia por parte del gobernador porteño y candidato a presidente Carlos Tejedor en nombre de la resistencia a la imposición de un candidato oficial, Julio Argentino Roca, desató la discusión en torno a la fragmentación del Ejército y a la potestad de las provincias y de la nación respecto de la movilización de la Guardia...