Inevitablemente, se sigue la conclusión. «Perdonar» y «permitir»

Algunos de nuestros juicios pueden ser relativos y subjetivos, pero otros no lo son. Dicho en absoluto. Para estos últimos, el historiador debe tener el ánimo amplio y listo para la instrucción en la milicia solitaria del archivo. Solo correrán –para su alivio– los riesgos propios del peligro de juzgar de manera equivocada, o por ignorancia, o por falta de imaginación los que se convenzan para estos últimos juicios. Estos peligros, si bien no son pocos, no es menos cierto que comparativamente para con las dos primeras tentaciones apuntan a solución: diligencia. Y bueno, ¿no la hay para la tercera? No estamos en el país de Jauja. Lo que natura non da, Salamanca non presta… Aquellos que nos quieren mal por la complicidad regalada son injustos porque no pueden defender el motivo por el cual dan cabida en su seno a cómo los hombres habrían de ser y cómo deberían proceder sino con su apelación a consentir en el asentir sin explicación. Esto es, asentir sin...

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