Anexos (Esclavos, imperios, globalización)

La paz de Augsburgo (1555)

En tanto no se llegue a unos acuerdos y conclusión definitiva de la paz en la persistente división de la religión, ya sea en materia de fe, o en materias profanas y seculares, y en tanto en cuanto la cuestión (de la división de la religión) no sea elaborada y definida en todos los sentidos, de manera que ambas partes religiosas sepan finalmente en qué relaciones mutuas se hallan, los Estados y sus súbditos no podrán gozar de una seguridad garantizada y permanente, antes por el contrario deberán permanecer, cada uno por sí mismo, el uno armado contra el otro, en intolerables peligros. A fin de disipar tan peligrosa incertidumbre y de traer de nuevo la paz, y la confianza recíproca a los Estados y al corazón de los súbditos, y con el fin de salvar la nación alemana, patria nuestra amadísima, de la destrucción y ruina final, hemos llegado a un acuerdo y acomodo, con los consejeros y los delegados de los electores, con los príncipes y los señores presentes y con los embajadores enviados por los ausentes, concertándolo conjuntamente.

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